Una nueva etapa: sociología vagabunda
He
tenido distintos ciclos en mi relación con la escritura regular en medios. Durante varios años tuve una columna
periodística que nombré Intervenciones. Luego cambié a un semanario con una nueva
propuesta: Sueño ligero. Cuando la informática tocó mi puerta
complementé la publicación con el blog
del mismo nombre y el subtítulo “un espacio para soñar”. Pero como todo ciclo, este llegó a su fin, y
empieza otra etapa.
Sociología vagabunda, así se llamará este nuevo espacio. Se tratará de un lugar donde puedan circular
ideas filtradas por el lente sociológico, pero tan libres como sólo el
vagabundaje lo permite. La idea la retomo de Howard Becker, quien en
el prólogo de su libro Cómo hablar de la
sociedad. Artistas, escritores, investigadores y representaciones sociales
(2009) reflexiona sobre su insistencia en observar cine, literatura,
documentales, fotografías, etc. y en ellas encontrar el “problema social”. Se trata entonces de fijar la mirada en la
observación tanto de la vida cotidiana, como de las
producciones culturales que atraviesan por mis manos en distintos soportes, y
comentarlas intentando descifrar en ellas las formas de lo social que tienen
inscritas.
Pero
como lo había anticipado, aquí la libertad y el deseo regirán las letras. Será todo lo contrario a algunas
publicaciones científicas cuyos estrictos procedimientos a menudo inhiben la
imaginación sociológica. Recordando a
Pierre Bourdieu, no se buscará presentar resultados acabados, sino procesos,
ideas, intuiciones. Se privilegiarán las
preguntas más que las respuestas; las reacciones, las dudas.
Por
eso me dejaré llevar por el teclado.
Escribiré sobre una película, un encuentro en el metro, un concierto,
una canción, un cómic o una novela. Todo
lo que me invite a dedicar unas líneas, y que valga un tiempo frente a la
pantalla. Aquello que se queda a medias,
esas ideas sueltas y a menudo anárquicas sobre el último libro leído, o la
melodía que me transporta a la infancia.
Pero
a la vez, la fotografía estará en el centro.
Retomaré las iniciativas de hace algunos años donde reproducía
fotografías con textos en un diálogo armónico, o los contrastes de imágenes de
culturas distintas. En suma, volveré a
la imagen como una manera más de expresar y de pensar.
Esa
es la invitación, espero que muchos se sientan convocados.
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